sábado, 6 de septiembre de 2014

LECCIÓN DE OPTIMISMO POR JOAQUÍN V. GONZÁLEZ


Joaquín V. González.



Dijo el ilustre fundador de la Universidad Nacional de La Plata:


“Ya veis que no soy un pesimista ni un desencantado, ni un vencido, ni un amargado por derrota ninguna, a mi no me ha derrotado nadie, aunque así hubiera sido, la derrota solo habría conseguido hacerme más fuerte, más optimista, mas idealista, porque los únicos derrotados en este mundo son los que no creen nada, los que no conciben un ideal, los que no ven más camino que el de su casa o negocio, y se desesperan y reniegan de sí mismos, de su patria y de su Dios, si lo tienen, cada vez que le sale mal algún cálculo financiero o político de la matemática del egoísmo. ¡Trabajo va a tener el enemigo para desalojarme a mi del campo de batalla! El territorio de mi estrategia es infinito, y se puede fatigar, desconcertar, desarmar y aniquilar al adversario, obligándolo a recorrer distancias inmensurables, a combatir sin comer, sin beber, ni tomar aliento, la vida entera, y cuando se acabe la tierra, a cabalgar por los aires sobre corceles alados, si quiere perseguirme por los campos de la imaginación y del ensueño. Y después, el enemigo no puede renovar su gente, por la fuerza o por el interés, que no resisten mucho tiempo, y entonces, o se queda solo, o se pasa al amor, y es mi conquista, y se rinde con armas y bagajes a mi ejercito invisible e invencible”. (Fragmento de una página del discurso de  Joaquín V. González “La Universidad y el alma argentina”, 18 de septiembre de 1918).