La base del "ius de gentes", entonces, estaría en la unicidad de la razón. Si ésta es la misma para todo el género humano, y los principios cósmicos son racionales, deben ser también compartidos por toda la humanidad, estarán en cada ser de nuestra especie. Cicerón (106-43 a.C.), destacado jurista y político, expresaba así la idea: "es una ley verdadera la recta razón, congruente con la naturaleza, difusa en todos, constante, eterna, que llama a los hombres al bien por medio de sus mandamientos y los aleja del mal por sus amenazas". Y agrega: "Es nefasto alterar esta ley. No es permitido derogarla con otra ley. Ni mediante el Senado ni mediante el pueblo podemos liberarnos de esa ley".
Fuente:
Rabinovich-Berkman, Ricardo D., Principios generales del derecho latinoamericano, Buenos Aires, Astrea, 2006.
Texto de De la República: